La ermita de Santa Ana se encuentra a escasos dos kilómetros de Torres del Obispo, en un altozano de unos 580 metros de altura.
La primera misa de la ermita actual se celebró el 27 de Noviembre de 1625, siendo tal la devoción del pueblo a la santa, que fue elegida patrona del pueblo por el Obispado de Barbastro D. Carlos Alaman en 1735. El retablo, del que Ramón Burrel cita en su libro, desapareció al igual que la antigua imagen que llegó a la ermita procedente de una rifa celebrada de Lérida. La fábrica de Santa Ana no ha sido nunca de gran calidad, prueba de es esto es que se hundió parte del techo aproximadamente entre 1836 a 1840, siendo reparada en 1846. La campana, que desapareció en la guerra civil, fue regalada a la ermita por D. Vicente Castillón en 1879. En 1894 fue necesario una nuevo arreglo. Unos años antes, en 1844, se colocaron cruces de madera para marcar el Vía Crucis desde el pueblo a la ermita, siendo las cruces construidas y colocadas por los alumnos de la escuela de Torres. La última reparación fue en el año 1994, y en el 2006 se colocaron nuevas cruces de hierro clavadas en los pilares de piedra ya existentes.
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