Entre la maleza y excavada en la roca a tres metros de profundidad se encuentra esta magnífica fuente. Decorada con un arco apuntado hecho con piedra toba, o tosca, traída posiblemente de Torres del Obispo, ya que no existe este material en la zona. Para acceder a los tubos, de los que sólo mana agua en invierno, se ha de bajar por una curiosa escalinata. Detrás de la pared se encuentra un depósito que se adentra en la roca unos cuatro metros. Este habitáculo está abovedado con bóveda apuntada; tanto la bóveda como las paredes están hechas con sillarejos bien escuadrados de toba.
En los alrededores de este lugar aparece un pequeño abrevadero apoyado en una carrasca, que está tallado en piedra del lugar.
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